desaparecés
entre lágrimas
tan invisibles como tu piel,
lágrimas
que dicen
qué más da
y cargan
con toda una vida de engaños.
 
en silencio
con tu rostro neutro
que refleja el olvido
y la nostalgia,
presenciás el tiempo
en esa silla
con esas manos
manchadas de edad.

cosas como
los caminos
que ya no podés caminar
o los libros
que no alcanzaste a leer,
o el simple humor roto,
son solo marcas
de toda una vida,
abuela, vos sos
la vida misma
que culmina.

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