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un jardín de cardos crece en mis piernas hay un cielo de mi misma hay un cielo de mi piel.
a dónde van ellas las pájaras cuando se cansan de comer lombrices? cómo las abrazan las hojas de los árboles? hay acaso un nido comunitario pajaropopular donde paran aquellas que pudieron despegar? qué las ata? sus pajaritos confundidos que se acostumbran a comer lombrices? a qué se acostumbran las pájaras con esas alas? cómo esquivan las ramas cuando recién salen del nido? qué viento las salva cuando chocan un ciprés?
vale la pena? qué vale la pena? llorar sin consuelo a alguien que no conozco? la convicción que se rompe en el titular de un noticiero un jueves a la tarde? vale la pena nuestro cuerpo? vale la pena o la alegría? tiene valor? precio? en cuanto valúa el diario local la foto más cruda de ese cuerpo que vale... algo? vale la pena escribirlo? empalabrar el llanto, hacerlo papel? vale la pena, la vida, la muerte que acecha en cada esquina? vale la pena salir si no sé si voy a volver? buscarte, si sé que no te voy a encontrar? vale la pena romper los vidrios? quebrar vacíos y que se formen agujeros negros más vacíos todavía y mas impunes más sucios y más corruptos y más oscuros? qué vale la pena? mentirle a un cana hacer de piba buena abrir bien los ojos cuando se acerca? vale la pena no intentarlo?  mirarlo desde la otra vereda con la cara desafiante que aprendí a hacer mientras su compañero le revisa la mochila a un tipo? vale la pena detectar la injusticia? vale? qué vale? Te pregunt...
eras la cura perfecta, la euforia del amor de verano que se derretía en mis manos y quemaba mis huesos secos de infancia corta. pero lo que me olvidé fue que el verano se terminaba en algún momento y que después de la euforia enfrentaba inmensos vacíos donde te guardé sólo para tener algo de ornamento y alguien a quien mirar.
veo esos cuerpos redondeados, hasta los ombligos veo atrás de las remeras que pareciera que se les fueran a descocer los costados. veo desde mi más adentro la náusea, el mareo, la mirada indignada de las vecinas como de verguenza ajena o poderío. veo como caminan de acá para allá haciendo como si no llevasen esa bolsa de piedras, como si fuera eso lo que siempre hubiesen deseado, como si el síndrome se hubiera vuelto milagro y privilegio. veo aunque sea invisible todo lo que sienten en sus pechos, el dolor de todas las vidas ultrajadas. veo y lloro y grito por todas las caras grises que quisieron ser libres alguna vez antes de parir o morir.
Me sé y me aprendo/ en condición de esa flecha blanca azul y amarilla que le da forma a mi parte de mundo la que me es asignada. Y no yo no acepto lo que me muestra la tele, he intentado comprender pero no, no me entrego a la levedad de simplemente creer y seguir muriendo.
Me niego a llorar con hambre a abrazar almohadas mojadas a guardar imágenes verbos y adioses. Para qué? Para tener qué poner sobre los muebles? Para hacer manchas de algo que no existe? Me niego y busco cajas y escribo cuadernos que quemo en el patio de atrás.
desaparecés entre lágrimas tan invisibles como tu piel, lágrimas que dicen qué más da y cargan con toda una vida de engaños.   en silencio con tu rostro neutro que refleja el olvido y la nostalgia, presenciás el tiempo en esa silla con esas manos manchadas de edad. cosas como los caminos que ya no podés caminar o los libros que no alcanzaste a leer, o el simple humor roto, son solo marcas de toda una vida, abuela, vos sos la vida misma que culmina.
estoy un poco cansada de encontrar dispersas mis partes de haberme roto al escribirme de no poder clasificar las secciones tendré ahora que abstenerme por un tiempo de hacer la poesía? o dejar que la poesía me haga a mí?
qué mirás le dije cuando me miraba como si nunca se hubiese imaginado ver a una mujer comprando un evatest y no contestó la señora simplemente miró hacia otro lado ahí está ahora parado el palito como cuando me siento en la esquina de la pileta con los pies en el agua con sus indicaciones ahí está y yo lo veo y digo mierda mierda mierda tengo mucho miedo por mi anemia porque una vez Clari me dijo que si tenés anemia te podés morir. No me conozco volví a perder mi esquema corporal, esto no es mío me repito mirándome al espejo, esto no es mío y lo tengo que devolver. Tengo miedo y no me conozco y tengo una cosa ajena, espero que pasen rápido estos días aunque después los vaya a borrar del calendario.